Antes de comenzar la terapia para mejorar mi fluidez verbal, experimenté una serie de síntomas que dificultaban mi capacidad para comunicarme de manera efectiva. Estos síntomas incluían bloqueos silábicos, tensión muscular, hablar a un ritmo rápido y cambios en las sílabas dentro de las palabras. Además, también experimenté patrones conductuales, cognitivos y afectivos peculiares, así como TICs, esfuerzos, tensión muscular o bloqueos pronunciados.
Síntomas de la fluidez verbal
Bloqueos silábicos
Uno de los principales síntomas que experimenté antes de comenzar la terapia fue el bloqueo silábico. Esto significa que tenía dificultades para pronunciar ciertas sílabas al inicio de una palabra o a mitad de ella. Por ejemplo, podía tener problemas para decir palabras que comenzaban con la letra «r» o palabras que contenían combinaciones de consonantes difíciles de pronunciar.
Estos bloqueos silábicos eran frustrantes y a menudo me llevaban a sentirme avergonzado o ansioso al hablar. A veces, incluso evitaba ciertas palabras o sonidos que sabía que me causarían bloqueos, lo que limitaba mi capacidad para expresarme plenamente.
Tensión muscular
Otro síntoma común que experimenté fue la tensión muscular al hablar. Esto se manifestaba en una rigidez en los músculos de la mandíbula, la lengua y la garganta, lo que dificultaba la producción de sonidos claros y fluidos.
La tensión muscular también contribuía a los bloqueos silábicos, ya que la rigidez en los músculos dificultaba el movimiento necesario para pronunciar ciertos sonidos. Además, esta tensión muscular también podía causar dolor o molestias al hablar durante períodos prolongados de tiempo.
Ritmo rápido al hablar
Otro síntoma que experimenté antes de comenzar la terapia fue hablar a un ritmo tan rápido que se dificultaba la comprensión del lenguaje. Esto se debía a una combinación de ansiedad y la necesidad de terminar mis frases lo más rápido posible para evitar bloqueos o interrupciones en mi fluidez verbal.
Hablar rápidamente también dificultaba mi capacidad para articular claramente las palabras y las frases, lo que a menudo llevaba a malentendidos o a que las personas me pidieran que repitiera lo que había dicho. Esto aumentaba mi frustración y mi ansiedad al hablar.
Otros síntomas relacionados
Cambios en las sílabas
Además de los síntomas mencionados anteriormente, también experimenté cambios en las sílabas dentro de las palabras. Esto significa que a veces las sílabas se movían de lugar dentro de una palabra, lo que dificultaba aún más mi capacidad para pronunciarlas correctamente.
Estos cambios en las sílabas eran impredecibles y a menudo me tomaban por sorpresa. A veces, incluso me costaba reconocer las palabras que estaba tratando de decir debido a estos cambios en las sílabas.
Patrones conductuales, cognitivos y afectivos
Además de los síntomas físicos de la fluidez verbal, también experimenté patrones conductuales, cognitivos y afectivos peculiares. Esto incluía comportamientos como evitar situaciones en las que tendría que hablar en público o evitar ciertas palabras o sonidos que sabía que me causarían bloqueos.
A nivel cognitivo, a menudo me sentía frustrado y avergonzado por mi dificultad para hablar con fluidez. Esto afectaba mi autoestima y mi confianza en mí mismo, lo que a su vez empeoraba mi fluidez verbal.
A nivel emocional, experimentaba ansiedad y estrés al hablar, lo que agravaba mis síntomas físicos y dificultaba aún más mi capacidad para comunicarme de manera efectiva.
TICs, esfuerzos y bloqueos pronunciados
Finalmente, también experimenté TICs, esfuerzos y bloqueos pronunciados antes de comenzar la terapia para mejorar mi fluidez verbal. Estos TICs se manifestaban en movimientos involuntarios o repetitivos, como parpadear rápidamente o mover las manos de manera incontrolable.
Los esfuerzos eran intentos excesivos de pronunciar ciertos sonidos o palabras, lo que a menudo resultaba en tensión muscular y bloqueos pronunciados. Estos bloqueos pronunciados eran interrupciones en mi fluidez verbal que dificultaban aún más mi capacidad para comunicarme de manera efectiva.
Antes de comenzar la terapia para mejorar mi fluidez verbal, experimenté una serie de síntomas que dificultaban mi capacidad para comunicarme de manera efectiva. Estos síntomas incluían bloqueos silábicos, tensión muscular, hablar a un ritmo rápido y cambios en las sílabas dentro de las palabras. Además, también experimenté patrones conductuales, cognitivos y afectivos peculiares, así como TICs, esfuerzos, tensión muscular o bloqueos pronunciados. Afortunadamente, a través de la terapia, pude abordar estos síntomas y mejorar mi fluidez verbal.