La cirugía refractiva es un procedimiento quirúrgico utilizado para corregir problemas de visión como la miopía, la hipermetropía y el astigmatismo. Aunque esta cirugía es generalmente segura y efectiva, existen algunas complicaciones que pueden surgir después del procedimiento. Una de estas complicaciones es el deterioro de la visión, que puede manifestarse de diferentes formas.
Cambios en la graduación
Es posible que la visión vuelva a deteriorarse después de la cirugía refractiva, lo que puede resultar en cambios en la graduación. Esto significa que la persona puede experimentar una disminución en la agudeza visual y puede necesitar usar anteojos o lentes de contacto nuevamente para corregir su visión.
Necesidad de una segunda cirugía
En algunos casos, los cambios en la graduación pueden ser lo suficientemente significativos como para requerir una segunda cirugía correctora. Esta cirugía adicional puede ser necesaria para ajustar la forma de la córnea y mejorar la visión. Sin embargo, es importante tener en cuenta que no todas las personas son candidatas para una segunda cirugía y que cada caso debe ser evaluado individualmente por un oftalmólogo.
Fluctuaciones en la visión
Otra complicación que puede surgir después de la cirugía refractiva es la fluctuación en la visión. Esto significa que la persona puede experimentar cambios en la nitidez de la visión a lo largo del día. Estas fluctuaciones pueden ser más pronunciadas en situaciones de poca iluminación o al realizar actividades que requieren un esfuerzo visual prolongado, como leer o trabajar en una computadora.
Sensación de sequedad en los ojos
Es común experimentar una sensación de sequedad en los ojos después de la cirugía refractiva. Esto puede ser causado por una disminución en la producción de lágrimas o por una alteración en la calidad de las lágrimas. La sequedad ocular puede causar molestias como picazón, ardor y sensación de cuerpo extraño en los ojos. En algunos casos, también puede afectar la calidad de la visión.
Es importante tratar la sequedad ocular después de la cirugía refractiva para evitar complicaciones adicionales. Esto puede incluir el uso de lágrimas artificiales, la aplicación de compresas calientes en los ojos y evitar el uso de dispositivos electrónicos durante períodos prolongados.
Otros posibles problemas
Infección
La infección es una complicación grave que puede ocurrir después de la cirugía refractiva. Aunque es poco común, es importante estar atento a los signos de infección, como enrojecimiento, dolor, sensibilidad a la luz y secreción ocular. Si se sospecha de una infección, es importante buscar atención médica de inmediato para evitar complicaciones graves.
Halos y deslumbramiento
Algunas personas pueden experimentar halos y deslumbramiento después de la cirugía refractiva. Estos síntomas pueden ser más pronunciados en situaciones de poca iluminación o al mirar luces brillantes. Los halos y deslumbramiento pueden afectar la calidad de la visión y dificultar actividades como conducir de noche. En la mayoría de los casos, estos síntomas mejoran con el tiempo, pero en algunos casos pueden persistir y requerir tratamiento adicional.
Es posible que la visión vuelva a deteriorarse después de la cirugía refractiva. Los cambios en la graduación, la sensación de sequedad en los ojos, las fluctuaciones en la visión y otros posibles problemas como la infección, los halos y el deslumbramiento son complicaciones que pueden surgir después del procedimiento. Es importante estar informado sobre estas posibles complicaciones y buscar atención médica si se experimentan síntomas preocupantes. Un seguimiento adecuado con un oftalmólogo es fundamental para garantizar una buena salud ocular después de la cirugía refractiva.