Las abejas son insectos fascinantes que tienen una visión muy diferente a la de los seres humanos. Su capacidad para ver las flores y encontrar su alimento es esencial para su supervivencia y para la polinización de las plantas. Pero, ¿cuántos ojos tienen las abejas y cómo ven las flores?
Adaptación de la Visión
Las abejas Apis mellifera, una de las especies más comunes de abejas, tienen una visión altamente adaptada a sus necesidades. Su visión se adapta en función de diferentes situaciones, como el vuelo, la oscuridad de la colmena y la búsqueda de alimentos.
Visión en función del vuelo
Las abejas tienen dos grandes ojos compuestos en la parte frontal de su cabeza, que les permiten tener una visión panorámica de su entorno. Estos ojos están formados por miles de pequeños ojos individuales llamados omatidios, que funcionan como pequeñas cámaras.
Además de los ojos compuestos, las abejas también tienen tres pequeños ocelos en la parte superior de su cabeza. Estos ocelos son sensibles a la intensidad de la luz y les permiten tener una mejor percepción de los cambios de luz durante el vuelo.
Visión en la oscuridad de la colmena
En el interior de la colmena, donde la luz es escasa, las abejas utilizan sus ocelos para detectar la presencia de luz. Esto les ayuda a orientarse y a encontrar su camino en la oscuridad.
Visión para la búsqueda de alimentos
La visión de las abejas también está altamente adaptada para la búsqueda de alimentos, especialmente flores. Tienen una mayor sensibilidad a longitudes de onda menores del espectro visual, como el ultravioleta, y una menor sensibilidad para las longitudes de onda larga, como el rojo.
Características de la Visión de las Abejas
Estructura de los ojos
Los ojos compuestos de las abejas están formados por miles de omatidios, que funcionan como pequeñas cámaras individuales. Cada omatidio captura una pequeña porción del entorno y envía la información al cerebro de la abeja, donde se forma una imagen completa.
Sensibilidad a longitudes de onda
Las abejas tienen una mayor sensibilidad a longitudes de onda menores del espectro visual, como el ultravioleta. Esto les permite ver patrones y marcas en las flores que son invisibles para los seres humanos.
Por otro lado, las abejas tienen una menor sensibilidad para las longitudes de onda larga, como el rojo. Esto significa que las abejas no pueden ver el color rojo de la misma manera que nosotros lo vemos.
Percepción de colores
La percepción de colores de las abejas es muy distinta a la de los vertebrados superiores. Mientras que los seres humanos vemos una amplia gama de colores, las abejas tienen una visión más limitada.
Las abejas son muy sensibles al ultravioleta y pueden ver patrones y marcas en las flores que son invisibles para nosotros. Sin embargo, son ciegas para el rojo y no pueden distinguir entre diferentes tonalidades de este color.
Interacción con el Entorno
Utilización por las flores
Las flores han evolucionado para aprovechar la sensibilidad visual de las abejas. Muchas flores tienen patrones y marcas en el ultravioleta que son invisibles para nosotros, pero que son muy visibles para las abejas.
Estos patrones y marcas actúan como señales de guía para las abejas, indicándoles dónde encontrar el néctar y el polen. De esta manera, las flores atraen a las abejas y aseguran su polinización.
Impacto de la velocidad de vuelo
La velocidad de vuelo de las abejas también tiene un impacto en su percepción de los colores. A altas velocidades, las abejas ven los colores de manera diferente a como los vemos nosotros.
Esto se debe a un fenómeno llamado desplazamiento Doppler, que causa un cambio en la percepción de las longitudes de onda de la luz cuando el observador se mueve a alta velocidad. En el caso de las abejas, esto puede afectar su capacidad para distinguir los colores de las flores durante el vuelo.
Sensibilidad óptica al movimiento
Las abejas tienen una elevada sensibilidad óptica al movimiento. Esto les permite detectar rápidamente los cambios en su entorno y reaccionar de manera adecuada.
Esta sensibilidad al movimiento es especialmente importante durante el vuelo, ya que les permite evitar obstáculos y encontrar flores en movimiento.
Las abejas tienen una visión altamente adaptada a sus necesidades. Su capacidad para ver las flores y encontrar su alimento es esencial para su supervivencia y para la polinización de las plantas. Su visión en mosaico, su sensibilidad a diferentes longitudes de onda y su sensibilidad óptica al movimiento son características únicas que les permiten interactuar de manera efectiva con su entorno.