La terapia visual es un conjunto de técnicas y ejercicios diseñados para desarrollar, mejorar e intensificar las capacidades visuales de una persona. A través de esta terapia, se busca corregir problemas funcionales de la visión, mejorar el rendimiento escolar, facilitar el aprendizaje y mejorar la coordinación visual en deportistas.
¿Qué es la terapia visual?
La terapia visual se basa en la idea de que la visión no es solo una función de los ojos, sino también del cerebro. Por lo tanto, la terapia visual se centra en entrenar y reeducar al cerebro para que procese y utilice la información visual de manera más eficiente.
Desarrollo de capacidades visuales
La terapia visual se enfoca en desarrollar y mejorar diferentes capacidades visuales, como la agudeza visual, la coordinación ojo-mano, la percepción visual, la memoria visual y la capacidad de enfoque y seguimiento visual.
Instrumentos utilizados
En la terapia visual se utilizan una variedad de instrumentos y herramientas para ayudar a mejorar la visión. Estos pueden incluir lentes especiales, prismas, vectogramas, filtros de color, aplicaciones informáticas y otros dispositivos diseñados específicamente para este propósito.
Edad de aplicación
La terapia visual puede aplicarse a personas de todas las edades. Si bien es más común en niños, ya que muchos problemas visuales se detectan durante la infancia, también puede ser beneficiosa para adultos que experimentan problemas visuales relacionados con el uso de dispositivos electrónicos.
¿Cuándo se recomienda la terapia visual?
La terapia visual se recomienda en diferentes situaciones, dependiendo de la edad y las necesidades individuales de cada persona.
Problemas funcionales de la visión en la infancia
En la infancia, la terapia visual puede ser recomendada para corregir problemas funcionales de la visión que afecten el rendimiento escolar y el aprendizaje. Estos problemas pueden incluir dificultades en la lectura, problemas de coordinación visual-motora, desviaciones latentes o intermitentes de los ejes visuales, problemas de reconocimiento y memoria visual, entre otros.
Problemas en la edad adulta
En la edad adulta, la terapia visual puede ser recomendada para corregir problemas visuales que se manifiestan en esta etapa de la vida. Estos problemas pueden estar relacionados con el uso prolongado de dispositivos electrónicos, como ordenadores y teléfonos móviles, y pueden incluir fatiga visual, malestar ocular, enrojecimiento, dolor de cabeza, mareos y dificultades en la comprensión lectora.
Problemas visuales relacionados con el uso de dispositivos
El uso constante de dispositivos electrónicos puede provocar problemas visuales, como la fatiga visual digital, que se caracteriza por la dificultad para enfocar y mantener la atención visual durante períodos prolongados de tiempo. En estos casos, la terapia visual puede ser recomendada para mejorar la capacidad de respuesta y coordinación visual, así como para reducir los síntomas asociados con el uso excesivo de dispositivos electrónicos.
Indicadores para aplicar la terapia visual
Existen diferentes indicadores que pueden sugerir la necesidad de aplicar la terapia visual. Estos indicadores pueden variar dependiendo de la edad y las necesidades individuales de cada persona.
Problemas de motilidad
Los problemas de motilidad ocular, como la dificultad para seguir objetos en movimiento o la falta de coordinación entre los movimientos de los ojos, pueden ser indicadores de la necesidad de terapia visual. Estos problemas pueden afectar el rendimiento en actividades deportivas y en tareas que requieren una buena coordinación visual-motora.
Problemas de convergencia
La convergencia es la capacidad de los ojos para enfocar de manera adecuada en objetos cercanos. Los problemas de convergencia, como la incapacidad para enfocar correctamente en objetos cercanos o la visión doble, pueden ser indicadores de la necesidad de terapia visual.
Otros problemas visuales y síntomas asociados
Existen otros problemas visuales y síntomas asociados que pueden indicar la necesidad de terapia visual. Estos pueden incluir dificultades en la comprensión lectora, fatiga visual, malestar ocular, enrojecimiento, dolor de cabeza, mareos, vómitos (astenopía) y afectación de la capacidad de calcular distancias y coordinar movimientos.
La terapia visual es una herramienta efectiva para corregir problemas funcionales de la visión, mejorar el rendimiento escolar, facilitar el aprendizaje y mejorar la coordinación visual en deportistas. Se recomienda aplicar la terapia visual a personas de todas las edades que presenten problemas visuales y síntomas asociados. Los optometristas son los profesionales encargados de ofrecer tratamientos y terapias para mejorar la visión, incluyendo la terapia visual.