El desarrollo del habla y el lenguaje es un proceso complejo que ocurre de manera natural en la mayoría de los niños. Sin embargo, en algunos casos, pueden surgir dificultades que requieren la intervención de un especialista. Uno de estos especialistas es el foniatra, un profesional de la salud que se especializa en el diagnóstico y tratamiento de los trastornos del habla y la comunicación.
Problemas articulatorios en el habla
Uno de los motivos más comunes para llevar a un niño al foniatra es la presencia de problemas articulatorios en el habla. Estos problemas pueden manifestarse a partir de los 4 años de edad, cuando se espera que el niño ya haya adquirido la mayoría de los sonidos del habla. Si el niño tiene dificultades para pronunciar ciertos sonidos o fonemas, es recomendable consultar a un foniatra.
Edad a partir de los 4 años
Es importante tener en cuenta que es normal que los niños pequeños tengan dificultades para pronunciar ciertos sonidos al principio. Sin embargo, a medida que crecen, deben ser capaces de superar estas dificultades de manera natural. Si un niño de 4 años o más continúa teniendo problemas para pronunciar ciertos sonidos, es recomendable buscar la ayuda de un foniatra.
Persistencia de la dislalia después de los 4 años
La dislalia es un trastorno del habla que se caracteriza por la dificultad para pronunciar ciertos sonidos o grupos de sonidos. Es común en los niños pequeños, pero generalmente desaparece a medida que crecen. Sin embargo, si un niño de 4 años o más continúa teniendo dificultades para pronunciar ciertos sonidos, es recomendable buscar la ayuda de un foniatra.
Dificultades para pronunciar ciertos sonidos o fonemas
Si un niño tiene dificultades para pronunciar ciertos sonidos o fonemas, como la «r» o la «s», es recomendable consultar a un foniatra. Estas dificultades pueden afectar la comunicación del niño y su desarrollo académico, por lo que es importante abordarlas lo antes posible.
Dificultades en la lectura y escritura
Otra señal de que un niño puede necesitar la ayuda de un foniatra es la presencia de dificultades en la lectura y escritura. Estas dificultades pueden manifestarse a partir de primero de primaria, cuando se espera que los niños comiencen a adquirir habilidades básicas de lectura y escritura.
A partir de primero de primaria
Si un niño tiene dificultades para leer o escribir a partir de primero de primaria, es recomendable buscar la ayuda de un foniatra. Estas dificultades pueden ser indicativas de problemas en el procesamiento auditivo o en la conexión entre el habla y la escritura.
Necesidad de segmentar las palabras en sílabas
Si un niño tiene dificultades para segmentar las palabras en sílabas al leer o escribir, es recomendable consultar a un foniatra. Esta dificultad puede afectar la comprensión de la lectura y la escritura del niño.
Dificultades para convertir los fonemas en signos gráficos
Si un niño tiene dificultades para convertir los fonemas en signos gráficos al escribir, es recomendable buscar la ayuda de un foniatra. Estas dificultades pueden afectar la ortografía y la escritura del niño.
Dificultad para reproducir determinados fonemas
Si un niño tiene dificultades para reproducir determinados fonemas, es decir, los sonidos individuales que componen las palabras, es recomendable consultar a un foniatra. Estas dificultades pueden afectar la inteligibilidad del habla del niño y su capacidad para comunicarse de manera efectiva.
Dificultades para colocar correctamente los órganos articulatorios
Si un niño tiene dificultades para colocar correctamente los órganos articulatorios al hablar, como la lengua, los labios o los dientes, es recomendable buscar la ayuda de un foniatra. Estas dificultades pueden afectar la pronunciación y la articulación del niño.
Persistencia de la dislalia a los 6 ó 7 años
Si un niño continúa teniendo dificultades para pronunciar ciertos sonidos o grupos de sonidos a los 6 ó 7 años, es recomendable buscar la ayuda de un foniatra. La persistencia de la dislalia a esta edad puede indicar la presencia de un trastorno del habla que requiere intervención profesional.
Si un niño presenta problemas articulatorios en el habla, dificultades en la lectura y escritura, dificultad para reproducir determinados fonemas, dificultades para colocar correctamente los órganos articulatorios o persistencia de la dislalia después de los 4 años o a los 6 ó 7 años, es recomendable llevarlo a un foniatra. Estos profesionales pueden evaluar y tratar los trastornos del habla y la comunicación, ayudando al niño a desarrollar habilidades de comunicación efectivas.